La caótica primera visita de los Guns N’ Roses a la Argentina. En 1992, versiones falsas de los medios, amenazas de grupos nacionalistas contra el grupo norteamericano, el suicidio de una fan que no pudo verlos en vivo y la vigilia de sus seguidores en el hotel que se hospedaban convirtieron el debut de la banda de Axl Rose en el país en una cuestión de Estado.

Mucho tiempo antes de que se confirmara el recital de la banda norteamericana -que en ese momento también tenía a Slash y Duff McKagan, entre otros músicos-, las versiones de que su cantante había quemado una bandera argentina en una presentación en vivo en París coparon las primeras planas. También que había dicho que iba a limpiar sus botas cuando su vuelo saliera de Ezeiza. El escándalo por esta supuesta información que llegaba desde el exterior hizo que su show en River Plate deje de ser un hecho meramente artístico.

En la previa hubo amenazas de la Asociación Patriótica Argentina, un grupo nacionalista: “Algo terrible puede pasar en el estadio de River. Han ofendido a nuestra patria”. Y el mundo político aprovechó y no se privó de opinar. “Son unos forajidos. Lo lógico hubiera sido prohibirlos, pero esto en el mundo hubiera servido para que nos criticaran y nos tildaran de autoritarios”, comentó el entonces presidente Carlos Menem luego de sus shows. Otro episodio que hizo más caliente el asunto fue el suicidio de Cintia Tallarico, una joven de 16 años que -según la información que circuló en esa época- había tomado esa decisión porque su papá no la dejaba ir a River Plate. Él la vio en TV cuando fue a la puerta del hotel en el horario que debía estar en el colegio. Llegó a su casa, se peleó con su padre, tomó un arma y se mató. Acto seguido, él se suicidó con el mismo revólver. “Guns N’ Roses causa tragedia familiar”, fue el titular que eligió una publicación para dar la noticia (fuente infoabe).
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